
Muchas personas me han preguntado, a lo largo de estos meses, qué me llevó a escribir un blog. Y siempre les contaba lo mismo, porque era el momento más oportuno. Este blog empezó como vía de desconexión e ilusión total. Todos tenemos etapas con buenas noticias, subidones, alegrías inmensas de esas que no paras de contar a tu gente, sorpresas, proyectos que no paramos de ver y ver, encuentros, sonrisas y paz al ver que las personas que más queremos están bien.
Pero a veces las cosas no vienen como a nosotros nos gustaría. Y eso pasó un día inesperado con la persona que más quería en el mundo y a la que más admiraba: mi padre. No se trata de contar lo que ha pasado, los que bien me conocen y han estado ahí, ya lo saben. Pero al hacer las fotos, buscar historias con fondo, el comienzo de un torpe pero ilusionante blog, los ratos de los tocados y sobre todo los comentarios cariñosos y cómplices, me han ayudado mucho.
Este blog se lo dedico a la persona con la que más escaparates busqué y miré, más revistas comenté mientras hablábamos de las cosas más importantes de la vida. Mi mejor seguidor, mi padre. Ahora sus visitas suman mucho más desde el Cielo.